martes, 11 de julio de 2006

El cubo

A veces es un ahogo. Como si fueras un pez pendiente del anzuelo al que sacan del mar. Te falta el oxígeno y la luz, tan abundante, ciega y oprime.
Entonces, digo, te golpeas contra el cubo, en sus paredes, y descubres al fondo otros peces que agonizan.
Convulsa y agitada sólo quieres gemir, pero sabes que tus fuerzas sólo te permiten rebelarte, inútilmente.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Si eres un besugo, poca vida y mucha agonia, amigo mio, si eres una morena, con una sola dentellada le podras arrancar el brazo al joven turista que enseña a su hijo el arte de la caza marina, mientras éste satisface la cruelada natural de todo niño engendro; moriras de todas formas pero con sangre en tu boca y dulce carne humana en tu estomago, que sabe a pollo. El cubo solo es la escusa del invalido.

Anónimo dijo...

Observan la luz cuando se dobla,
tan cerca de la mano,
sigilosa como un animal silvestre.
La atrapan mientras se desliza,
la mastican
y luego se miran, interrogantes,
con el jugo luminoso
chorreando desde sus bocas.

Anónimo dijo...

Hablan los anales del cubo, antes ánforas, como elementos indispensables en que almacenar el hambre y la sed.
Muchos fueron vomitados por el mar, pasados los siglos. Y allí hallamos los arenques y el vino.

Anónimo dijo...

Sin saber cual de mis yoes llevo hoy puesto, lo único que tengo claro es el dolor de algunas paredes. No tanto porque opriman o limiten el jardín donde se tiran mis yoes a descansar y a vivir sino por su apuñaladora transparencia. Vemos mundos que jamas alcanzaremos. Mundos perdidos antes de ser nuestros. Las paredes transparentes, querido jesusito, son las que más duelen. Hay jardines que nunca deberíamos haber mirado. Y aunque uno intente volver la vista y mirar para otro lado, la marca ya es profunda, es herida y sangra. Ninguna sociología patrañera explicará eso, nunca.

Jesús Malia dijo...

Se quedó en la luz, inmerso en su vidrio transparente, sumergido en su magia.
Es un ahogo,a veces, sí, pero es la luz lo que recuerda y vive y le agita y salva. Porque fuera del cubo, en una de sus caras, la superior, es la luz.
Es la luz la última vivencia.

Anónimo dijo...

Reflexiones de besugo

Anónimo dijo...

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