martes, 30 de octubre de 2007

Por qué el poema Underwood girls (de Pedro Salinas) no es un poema perfecto en cinco razones

UNDERWOOD GIRLS1


Quietas, dormidas están,

las treinta redondas blancas.

Entre todas

sostienen el mundo.

Míralas aquí en su sueño,

como nubes,

redondas, blancas y dentro

destinos de trueno y rayo,

destinos de lluvia lenta,

de nieve, de viento, signos.

Despiértalas,

con contactos saltarines

de dedos rápidos, leves,

como a músicas antiguas.

Ellas suenan otra música:

fantasías de metal

valses duros, al dictado.

Que se alcen desde siglos

todas iguales, distintas

como las olas del mar

y una gran alma secreta.

Que se crean que es la carta,

la fórmula como siempre.

Tú alócate

bien los dedos, y las

raptas y las lanzas,

a las treinta, eternas ninfas

contra el gran mundo vacío,

blanco en blanco.

Por fin a la hazaña pura,

sin palabras sin sentido,

ese, zeda, jota, i...

(De Fábula y signo)

1 En inglés, «las muchachas Underwood», esto es, las teclas una máquina de escribir. El uso de voces pertenecientes a una lengua extranjera es un rasgo estilístico no infrecuente en la poesía, sobre todo en la moderna.

Poema de Pedro Salinas, de ‘Fábula y signo’, recogido en la ‘Antología poética del grupo poético de 1927’ de Vicente Gaos, reeditada por Cátedra en 1990 con la responsabilidad de su actualización en Carlos Sahagún.

Razón primaria: ch; razón secundaria: k; razón terciaria: ñ; razón cuaternaria: rr; razón quinaria: x.

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