martes, 15 de enero de 2008

"Reino de los témpanos", de Miguel Pastrana

I

Flor de hielo de lo eterno;

son las hojas nunca escritas

las más bellas del cuaderno.

II

Lo más bello es lo incumplido;

es el futuro perfecto

como un glaciar, un río

que no desemboca, yerto.

La esperanza, lo entrevisto,

por siempre fijo en el hielo;

el mañana detenido

en la flor del pensamiento.

III

El instante más bello, lo sublime,

lo reservo a la nada bajo el hielo;

de lo real me importa sólo el velo

que por inalcanzable nos redime.

Barbacana al futuro, alzo un Limes;

elevo estalagmitas hacia el cielo,

como torres. Y no de mi desvelo:

de fortaleza que al mañana oprime.

¡Porvenir blanco puro como nieve,

inmaculado, albo en su entereza!

Es cáliz de mi dios. Y su ley reza:

«Mi agua es para quien no la bebe;

yo soy un manantial de vida leve

que no tiene final, pues nunca empieza».


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