martes, 25 de noviembre de 2008

Un poema de Juan Malpartida

EL POZO
I
El tiempo, voz que cae en la memoria,
alcanza un horizonte que me ignora
y deja, sobre la tarde ósea,
una dura materia oscurecida.
Lo que miro se desvanece, lo que miro:
el mar retrocedido a sus orígenes,
vuelto una sola hoja sin rumor.
Oscuro rodar de las horas,
el recuerdo de tus palabras
aliado a la tarde insondable,
la ausencia de tus palabras labrando
la otra cara del ser .

Anclada en el jardín, la marejada
ruge toda la noche
mientras camino por los cienos
circulares de los nombres y hago recuento
en las cumbres peladas del insomnio:
pasillos de otra casa, calles de una ciudad
devorada e inventada cada día,
conversaciones corno el pan tangibles
ahora ya reflejos,
metamorfosis del instante
más allá de los cuerpos.
No es tiempo,
tiempo es el agua que toda la tarde
mientras escribo,
horada la acequia, inunda mi oído,
las raíces aéreas del lenguaje
y mi mano bajo la lámpara.
Pero mi mano piensa
y sus sombras tibias
se derraman, se vuelven,
ven
el mundo inmarcesible,
la hora que no vuelve.

Juan Malpartida en 'El pozo', Pre-textos

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