miércoles, 30 de septiembre de 2009

'Querida Quiela'

31

¡Milagro!:

nuestro nieto Jacobo, querida Quiela. Me ha puesto unas líneas.

Me habla del poemario que proyecta.

Incluye un poema para ilustrarlo. Agárrate, querida Quiela. Agárrate, te lo transcribo.


Adán disfruta echado
al sol
sobre la hierba.

A veces,
Adán,
penetra al río,
con la clara y única intención
de jugar con los peces.
Pero Eva le pide que los pesque
como muestra de amor,
y Adán muestra su amor
y da muerte a algunos
de sus hermanos.

Y ora Eva:
“Prosperemos, Adán,
juntemos piedras
que nos den cobijo y
refugio
de las bestias
y la noche”.

Y habla Adán con su hermanos
los monos,
y levanta otro hogar
que les ampare.

Pero Adán sigue sonriendo
al echarse en la hierba
desnudo, con Eva.
Y pide Eva:
“Conozcámonos, Adán,
abramos a los monos
que tanto se parecen a nosotros.
Seamos sabios,
Adán,
y diferentes”.

Y Adán mata a Abel
y Caín mata a Adán
y Eva domestica a Caín
y Caín monta a Eva.

Y el rocío
queda huérfano,
en las hebras de hierba.

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