jueves, 26 de noviembre de 2009

'El pintor', un divertimento de Aldo Pellegrini

EL PINTOR: (Delante de una tela en blanco.) En esta tela he puesto mi undo interior. ¿Sabe usted qué es el mundo interior?
LA ADMIRADORA: Sí...
EL PINTOR: ¿Puede explicarme qué es el mundo interior? (Breve silencio.) No; no sabe qué es el mundo interior. Nadie tiene un mundo interior. Yo solamente tengo un mundo interior. Y ese mundo interior está allí visible. He realizado el milagro de hacerlo invisible.
LA ADMIRADORA: Es increíble. ¡Realmente es visible!
EL PINTOR: Pero no solamente es visible. He puesto en ese cuadro lo universal. ¿Saben ustedes qué es lo universal? No; no lo saben.
UN ESPECTADOR: (Apresuradamente.) Sí, sí; yo lo sé: lo universal es el vacío.
EL PINTOR: No; lo universal es lo individual. ¿Y ustedes saben qué es lo individual?
LA ADMIRADORA: Hummm...
EL PINTOR: ¡Ja, no lo saben...! Lo individual es lo impersonal. De este modo yo estoy en lo universal como un pez en el agua.
LA ADMIRADORA: ¡Qué claridad! Nunca he oído una explicación más clara. Ahora sí lo entiendo todo...¡Como un pez en el agua!
EL PINTOR: Los dejo en meditación delante de mi cuadro por unos minutos. En este momento tengo una iluminación y debo crear. Adiós, amigos. (Sale.)
LA ADMIRADORA: Es genial. ¿No es interesante haber conocido un genio en vida? ¡Cómo quisiera tener este cuadro en mi casa...!
EL CRÍTICO: ¿Cree usted estar en condiciones de adquirirlo? Entiéndame...no me refiero a sus posibilidades económicas...me refiero a si usted está en condiciones espirituales de contemplar este cuadro.
LA ADMIRADORA: Sí, sí, lo entiendo todo... veo lo universal con absoluta claridad. ¿Qué le parece a usted el cuadro? (Dirigiéndose al amigo.)
EL AMIGO: No me parece ni bueno ni malo; me pareceque es... nada.
EL CRÍTICO: Usted ha dado en la tecla, amigo. Este cuadro es la expresión estremecedora de la nada que nos rodea. Es el mundo de hoy y la profecía del mundo de mañana. Yo encuentro que el mayor mérito de este cuadro es su cualidad profética.
ESPECTADOR 2º: (Tímidamente.) Yo quisiera comprar ese cuadro.
EL MARCHAND: ¿Cree usted estar en condiciones espirituales de poseerlo?
ESPECTADOR 2º: No sé... pero admiro ese cuadro y creo que me haría bien. (Con más vigor y echando una mirada a su alrededor.) Creo que alguien tiene derecho a comprar un cuadro si le hace bien, ¿no es así?
EL CRÍTICO: ¡Qué prueba de egoísmo! Este cuadro es un ser vivo. Contiene el espíritu de un gran artista. ¿Usted lo encerraría en su casa, como se encierra a un pájaro en su jaula? El sitio de este cuadro es un museo, para que transmita al mundo entero su elevado mensaje.
ESPECTADOR 2º: Con todo, quiero comprar ese cuadro... Tengo el dinero necesario. ¿Puedo saber cuál es su precio?
EL MARCHAND: Su precio crece a medida que pasa el tiempo. Usted sabe que todo gran artista sufre una inflación acelerada. Al comenzar la exposicón yo conocía su precio. Ahora tengo que consultarlo.
ESPECTADOR 2º: ¿Consultarlo con quién?
EL MARCHAND: Con la máquina IBM que me da el resultado de la ecuación Genio más Tiempo. Yo hago las cosas científicamente. No quiero que pierda el artista ni el comprador.
(Vuelve a entrar el artista con otro cuadro.)
El PINTOR: (Agitadamente.) ¡He realizado una creación distinta! He cambiado de manera. Será una nueva revolución en el arte. Ahora lo universal absorbe a lo universal. No hay nada más allá. Tratarán de robarme las ideas, de imitarme... pero no podrán. El genio no se imita. ¡Se hundirán en el pozo de su pobreza espiritual!
LA ADMIRADORA: ¡Qué claridad de expresión! ¡Lo universal absorbe a lo universal!
(El marchand coloca la nueva tela, absolutamente en blanco como la primera, en un nuevo
caballete.)
LA ADMIRADORA: ¡Qué distinto del otro!
EL CRÍTICO: ¡Contemplad este milagro de la creación! Parecería imposible superar el cuadro anterior. El genio lo ha logrado: un nuevo camino se abre al arte. Corresponde un religioso silencio.
(Breve silencio.)
ESPECTADOR 2º: Y ahora... ¿puedo comprar el cuadro que yo quería?
EL MARCHAND: Nuevamente el precio ha variado. Este cuadro (Señalando el primero.) se ha convertido en un antecedente histórico de inestimable valor. Es una pieza única porque el artista ha cambiado de estilo.

Este divertimento de Aldo Pellegrini está recogido en su libro 'Teatro de la inestable realidad', publicado por la Editorial Argonauta en Buenos Aires en el año 2008. La edición original es del año 1964.

1 comentario:

Mónica Angelino dijo...

Excelente!! y qué bueno que difundas a Aldo, genial exponente de la poesía surrealista.

Besos