jueves, 21 de enero de 2010

'Trampolín etcétera'

Y completa la terna Sergio Cruz Placer.

Sergio siempre concreta, y en los siguientes versos lo váis a ver (lo de que váis a ver os lo aseguro).

Dices que no tienes tiempo

no quieres hablar
dices que no tienes tiempo

hoy te has lavado el pelo dos veces
dices que no tienes tiempo
ayer pasaste la tarde entera frente al televisor
dices que no tienes tiempo
la semana pasada fuiste todos los días a yoga
dices que no tienes tiempo
llevas un mes sin faltar a clase de alemán
dices que no tienes tiempo
hace un año me dejaste para siempre
dices que no tienes tiempo
dices que no tienes tiempo...

y mientras tanto a mí se me hace esto muy largo

Muñeco inerte

antes de vaciar la bañera
contemplo cada detalle que mi hijo ha dejado en el agua

los muñecos a los que ha dado vida durante veinte minutos
flotan ahora inertes

hay un ejército de arañas de plástico
que no ha tenido tiempo de atacar

ante esa escena me doy cuenta de lo mucho que le necesito
imagino a Lucas en el colegio
dando vueltas con su sonrisa
escuchando cada palabra de la preofesora
corriendo de un lado para otro
sin nada que reprochar a la vida
tan puro
tan esencial

tiro del tapón y coloco todo en su sitio
le hago desaparecer un rato
e intento recomponerme solo

estoy deseando que vuelva
él es el único capaza de dar vida a un muñeco inerte

Pintar y arañar

llevo dos horas arañando un mueble pintado
he encontrado una uña de alguien
que hizo en el pasado lo mismo que yo

detrás de la pintura hay un bloque
nada más
no puedes amasarlo
acariciarlo
cambiarlo

es inevitable quedarse dormido y soñar con dedos
plástico
tiradores
incluso esmalte

al despertar arrancas las astillas de tus manos
y te das cuenta de que has estado dos horas
pintando un mueble arañado

Sed, sed, ser

el demonio del balcón se asoma a tu miedo
desde alturas insospechadas
distancias desde las cuales los hombres parecen demasiado pequeños
y sus inquietudes y temores ridículos

no me da miedo el silencio y la calle oscura
me asusta saber que se desvela bebiendo en su guarida

son mis pasos arrítmicos en la melódica respiración de la noche
mis destiempos ensordecedores
los que llaman la atención de un ser que se incorpora
apoya una medio sonrisa en la barandilla
y me invita a subir mostrando su copa

durante la primera velada bebí un vértigo
que no te propone lanzarte al vacío
sino que riega en ti el deseo de subir aún más alto

y esos maravillosos líquidos te hacen vivir con una sed constante
que te obliga a volver una y otra vez

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