miércoles, 10 de marzo de 2010

Aarón García Peña está en 'Poesía Capital'


UN MILAGRO TRAS OTRO ES MUY DIFÍCIL

De que quieres dar la vuelta no hay lugar.
JORGE MANRIQUE

Ser poeta no es cosa de milagros:
La persona que busca ser famosa,
antes incluso de pensar la idea,
ilumina su falta de talento
y va con ilusión a un velatorio.
El poeta en la sombra se hace grande.
El primer paso es siempre equivocarnos,
cambiar una palabra hasta que otra
al fin se nos antoje imprescindible.
Después hay que quitarle lo que sobra
y hacer con ello un niño que no manche.
Dudar de una metáfora perfecta
a veces regenera la esperanza
y puede aprovecharse para un caldo.
El final se presenta cuando quiere
y es fácil de olvidar si te enamoras
en ese mismo instante de un paréntesis.
En el medio se escribe con mayúsculas.
Cuidado con hacer más de lo mismo.
Y prolongar sin más un buen principio
te puede hacer perder toda la noche.
Mentir no siempre da buen resultado,
por mucho que funcione en el cortejo
y demos al lector lo que creímos
importante. Leer a los demás
es lo más concurrido del trabajo.
Creerse un escritor es muy sencillo,
y ser un escritor el más terrible
de todo compromiso con la vida.
El poeta trabaja de que nace
y ya no ha de parar hasta que siente
el peso de las letras en su lápida.
Derecho así tendrá de estarse quieto.
Derecho entonces sí de algún milagro.


HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO

En lo que llevo de mi vida nada
he comprendido, nada que merezca
la distracción del resto de los hombres,
y que permita aligerar en parte
los interiores pulcros del espíritu.
En lo poco que llevo de mi vida
el sexo no ha servido para nada,
tampoco los amigos sobornados
en un descuido mío intolerable;
y qué pensar de la literatura,
sólo capaz de hacerme vanidoso.
Definitivamente,
cambio mi vida
por un entierro digno.

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