lunes, 14 de junio de 2010

Javier Alvarado, un poema de su libro Carta natal al país de los locos

CANTO PARA SER PARTE DEL BOSQUE

Canto para ser parte del bosque, para quitarme el corazón y embalsamarlo en la madera
Para retoñar con las frutas y ser un pedazo de luz en las semillas
En los cereales tristes que se advocan en el desayuno de la estrella
Los dientes amargos que se comen a la diosa
Desperdigando el polvo de las sordas imágenes
Que refulgen
En el canasto amargo de los días lascivos
Cuando me desnudaba el otoño y el invierno -a punto de violarme-
Era sacudido por la primavera y sus garras de vendimia
Salvando de la feroz afrenta mi calzoncillo de palomas
Esas que trinan bajo los aguaceros con capotes de hierro
Que llevan cartas en la boca y amenazan con entrar en los comedores de familia
Con máscaras tristes que nos ponemos para entrar en las iglesias
En las camas vacías donde los cuerpos de quienes amamos
Se han retirado para calzarse en otro cuerpo
Una espada con lotos o un circo con falsas bestias
Donde la conciencia se reparte en mil espectadores
Donde la sombra es nada, donde perdemos el sol y la entrevista
Esa nervadura del telón y los actores que nos persiguen desde el pasado
Niños que lloran en plagas seminales
Pestes de rocío y grillos que se sacan los violines de la arteria.
Algo que te carcome con las termitas
De una antigua edad, donde aprendes a saltar
Siendo un viejo infante.

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