miércoles, 3 de noviembre de 2010

Un fragmento del poema 'A espaldas de Madrid', de Leopoldo Panero

Y es que ha pasado entero, ya ha pasado
otro día, ya somos otro día,
otro rumor distinto en viento y agua,
otro ser imprevisto, un nuevo cambio
dulcemente total...Es que ya somos
el ayer del mañana, y ya no somos,
ya hemos vivido y muerto aquel instante,
maravilloso instante repetido
de la jornada que se acaba entera
a espaldas de Madrid y de su ingenio,
y de su masa sorda, y de sus muros,
y de su vana hormiga, y de su siempre
callejeante luz, y ya ha pasado
el tiempo -entre mis párpados- al alma,
y todo continúa igual de ciego
esperando en nosotros.
Como el niño
que se marcha del hombre, todo espera,
interiormente roto y renovado.

(Donde pongo punto y final realmente hay coma, pero así me vale. Gracias, Leopoldo.)

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