jueves, 27 de enero de 2011

Selección de poemas de Óscar Oliva en su 'Trabajo ilegal'

Contradicciones
Los nombres se oponen a las cosas que nombran,
a sus entrañas, a la urgencia que en el aire
o en la tierra rechazan el viaje estelar o interior.
Es cuando se convierten en antinombres
y la silla es un volcán
un cuaderno una memoria aplastada
el día desencadenado desbarranca sus caballos
en la sal de la claridad
que no logra caer
en ninguna parte.
Las cosas y sus nombres deben ser inauguradas de nuevo.
Sólo el hombre puede decir en qué momento y cuándo.
Porque hay palabras que no tienen cabeza ni piernas,
llegan arrastrándose hasta las entrañas del hombre,
para morderlo y hacerlo hablar.
A éstas hay que encontrarlas para entrar en ellas y golpearlas.
Para ser golpeado por ellas y seguir golpeándonos bajo tierra.
Son palabras que el hombre no logrará hacer caer
en ninguna parte
pero las utilizará para desnombrar la tierra
o abrirla o cerrarla antes que nada.


Antedía
Hablo desde un país sin nombre,
hablo desde un país que no me pertenece,
hablo desde su historia maltratada,
hablo con los clavos de sus ríos,
hablo desde un país que se desmorona.
Hablo sin país, hablo sin nombre,
hablo con el futuro a mi espalda,
hablo con un viento que azota mi lengua,
hablo con el golpe de un pico
golpeando mi historia personal
y la historia de mi país
para continuar hablando desde abajo
con la boca pegada en sus paredes
y en esas paredes escribir su nombre
y mi nombre.


Fin presente
Está en lo que comemos y bebemos,
en los trabajos que nos dan de comer y beber,
en los alimentos en los que no nos reconocemos
y en la ineptitud con la que nos destrozamos
las manos
a la hora del hambre para poder tomar asiento
y comenzar de nuevo con lo que está en la mesa,
para que no lo comamos y bebamos.
Está en lo que nos atrevamos a tirar de la mesa.

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