jueves, 21 de abril de 2011

Tres nuevos poemas de Chema Barredo Viudés en 'Marea'

Dimensiones

Qué difícil medir la impertinencia del sol,
el agua y sus teoremas,
el muro de la noche.

La nada no permite su medida.

Tampoco el secreto viaje del tacto
debajo de la piel que se adormece
y asombra la certeza de los números,
su orden, el ingenio del reptil,
los volúmenes del cielo,
su causa y su coraje.

De nada sirven reglas, los tratados,
los límites de las palabras,
la extraña perspectiva de los astros
nos conmueve, contornos sin sentido
cuando hablamos de ellos.

No es posible calibrar el tamaño del silencio
que vuela con su magnitud absurda.



Fechorías

Cuando se tensa el arco
la flecha desconoce su objetivo,
la duración del viaje,
las consecuencias.

Las voces que habrán de jalearle
aún permanecen mudas,
el aire renunciará a ser muro
si la cuerda se templa
y el brazo impulsa el dardo.

Después madera, cuerda,
flecha y aire unirán su destino.

El pájaro no sabe
que ayer ejecutó su último vuelo.



Dibujo de postal

Creí que las flores de Diciembre
eran como alabastro,
la nieve dibujo de postal,
el campo de ceniza
pero es el tiempo de la niebla,
de magos que cocinan
las hierbas del invierno
con perfiles del lobo
y crean relatos en la noche,
junto al oro del fuego,
sobre el azul del frío.

Los libros no añaden nuevos datos
al metal y los colores grises
que bailan con la música del viento.
El poderoso efecto de cobijo
que ofrecen las paredes
no aleja la distancia del agua.

El cielo en la ventana
es la foto del tiempo detenido.
Diciembre, grave y taciturno,
cuando la lluvia
es una ciencia exacta.

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