martes, 24 de mayo de 2011

Poemas de Emilio Porta en 'Diario despertar' (2, y fin)

PUNTO DE INFLEXIÓN 2

Hoy mantengo una guerra particular
con la costumbre. No la costumbre
que envuelve y ratifica,
que asienta las raíces, sino aquélla
que, com un narcótico invisible,
va dejando en nosotros el sopor
de la desesperanza.

Hoy mantengo ese guerra
sin ningún armisticio.
Que no pueda el cansancio
llevar a mis ejércitos
a capitulaciones que justifiquen
el peso que lleva el porvenir.

DEJA

No encojas
el corazón
para que lata
más despacio.
No estreches así
la vida.
Y que circule
el tiempo en su medida.

Que no se quede
todo en lo previsto.
Que te haga sentir
el dolor de las rocas
al estrellarse el mar
contra tu cuerpo.

Deja que el agua
sobrepase el cauce,
desborde la ribera,
y que el sol
agriete la piel
caliza de la tierra.

Deja que amarillee,
caduca, la hoja
del castaño,
y el invierno se haga
de marfil.

Deja que el sueño
se olvide
tan sólo unos instantes
después de despertar.

OCÉANO

Estamos alrededor
de las cosas,
casi nunca
dentro de las cosas.
Y, en ese vaivén
que nos trae
y nos lleva,
en esa ola de azar
tan inconcreta,
nadamos a favor
o contra la corriente,
conociendo
escasamente el fondo.

Para alcanzar
alguna vez la orilla
nos dejamos la vida
en el trayecto.
Sólo si vislumbramos
su horizonte
nos parece el agua
más ligera.

Tan poca sal
para tan gran océano.

SIGNOS

Antes de abandonar
definitivamente
esta ciudad
de bruma incluso al sol,
debo poner las comas
al relato incesante
de la vida.
Poner mis propios
signos de puntuación
a las palabras
que escogí del mar,
infinito y total,
de la existencia humana.
Dejar ordenada
en la libre anarquía
de mis deseos,
la Poesía
con que pagué el rescate.
Colocar en mi interior
los signos cabalísticos
que el misterio no me reveló.
Pensar de nuevo
en cómo irme
con todas las preguntas.
Mirar con indulgencia
el extraño silencio
de Dios.

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