lunes, 8 de octubre de 2012

'Observaciones y máximas de Blas', de Noel Clarasó (43)

DEPORTE

Correr los cien metros en un segundo menos de tiempo que los demás mortales solo es realmente útil cuando al final de los cien metros hay algo que se puede gozar en un segundo, o sea, antes que lleguen los otros.

Saltar dos metros de altura solo tendría una utilidad práctica si uno pudiera quedarse a esta altura después del salto. Pero saltar para caer otra vez, es un esfuerzo inútil.

El golf es un deporte muy divertido con tal de que uno no se proponga meter la pelota en los agujeros.

Me parece que lo más difícil del rugby fue inventar la forma de la pelota; lo demás vendría solo.

Existen dos clases de deportes: los peligrosos para los jugadores y los peligrosos para los espectadores. Es raro que no se invente un deporte que sea peligroso para todos a la vez; sería más emocionante.

Para que dos boxeadores ganen mucho dinero pegándose es necesario que mucha gente pague para verles cómo se pegan.

Los boxeadores malos difícilmente se mejoran porque no se pueden entrenar sin grave quebranto para sus personas.

El público del boxeo tiene derecho a gritar; el de los conciertos, no, y a veces paga más. No se explica.

El salto más lento que dan las mujeres es para pasar de los treinta y nueve a los cuarenta; a veces están muchos años en el aire.

El atleta que llega el último a la meta corre, sin embargo, mucho mejor que todos los del público que le silban.

Hay dos clases de deportes: los que no sirven para nada y los que no sirven para nada; entre los dos hay otro tipo intermedio que tampoco sirve para nada.

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