martes, 28 de mayo de 2013

Poemas de Joaquín Giannuzzi con Dalias (1)


INVITACIÓN A LA DALIA

Querida mía: te propongo
una visión oblicua con relación al universo.
Que tu egoísmo y el mío sean uno
y hagan el amor sin necesitar
que restauren el mundo para nosotros.
¿Es demasiado soberbio
dar la espalda a la calle
donde rugen los automóviles terroristas
y la policía rebosa de actualidad?
Tanto mejor volvernos
con huesos desconocidos. Clausurados,
macho y hembra en época de crisis,
hacia el fondo de la casa
donde hay un jardín creciendo
fuera de la historia,
capaz de barrer la sombra contaminada
entre el deseo y la carne.
He descubierto allí
una planta de dalias con el tallo surcado
por una vena roja
que asciende hasta engendrar
estallidos fríos y violáceos en lo alto.
Que tengamos comunión y bodas
con esa certidumbre vegetal.

DALIA EN MI VENTANA

El agua de febrero en este valle
fija la suntuosa carne de la dalia
precipitada hacia la reja de mi ventana.
Pero la mente, bloqueada como este cuarto cerrado,
simplifica y decide, holgazana y platónica
que es la misma volviendo año tras año.
Mi mano, sin embargo,
mojada por el púrpura estallido
y en total conocimiento de la pérdida
sabe que este volumen no se repetirá.
A fines de marzo cesará la lluvia
y esta dalia, única y muerta,
habrá delatado la contradicción de la naturaleza,
el recurrente naufragio de la vida individual.

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