jueves, 19 de septiembre de 2013

“Manual de espumas”, Gerardo Diego, 1924, con retrato a lápiz por Moreno Villa. Hoy, "Primavera", "Mirador" y "Emigrante".

Reproduzco desde hoy el Manual de espumas de Gerardo Diego. La edición que utilizo es la primera, de 1924. Si tienes ganas, y paciencia, de contrastar los poemas con otras versiones, te recomiendo que hojees (o barrees) Manual de espumas. La plenitud creacionista de Gerardo Diego, de José Luis Bernal Salgado.

Tres de estos poemas ya los había publicado anteriormente en Poesía Abierta, así que para no repetirme y darte el orden exacto de los poemas en el libro, en esos casos solo pondré el título y el aviso de que ya ha sido publicado y revisado de acuerdo a la primera edición. Quiere la casualidad que el verso inicial está entre estos casos. Comenzamos.



SOBRE LA TUMBA INESPERADA DE JOSÉ DE CIRIA ESCALANTE, AMIGO INDELEBLE, ESTOS VERSOS QUE ÉL AMABA, HOY CON VOLUNTAD DE FLORES




PRIMAVERA (ya recogido en Poesía Abierta con anterioridad, es el verso inicial del libro)

MIRADOR
A Ramón Gómez de la Serna

De balcón a balcón
los violines de ciego
tienden sus arcos de pasión

Es algo irremediable
cortar con las tijeras estas calles

Las cartas nacidas de mi regazo
aprenden a volar algo mejor
y a un peregrino arrepentido
se le ha visto bajar en ascensor

En el bazar
las banderas renuevan el aire
y el caballo de copas lleva el paso
mejor que un militar

Y tú                 manso tranvía
gusano de mis lágrimas
que hilas mi llanto en tus entrañas

Condúceme a tu establo
y sácame del pozo en que te hablo

Yo te prometo que esta primavera
tu vara florezca en todos los tejados
tejados olvidados
en los que ya no pastan los ganados
y a los que nunca sube el surtidor

Dejemos al Señor
que arranque las estrellas
y durmámonos
sin consultar con ellas


EMIGRANTE

El viento vuelve siempre
aunque cada vez traiga un color diferente

Y los niños del lugar
danzan alrededor de las nuevas cometas

                                                Canta cometa canta
                                               con las alas abiertas
                                                     y lánzate a volar
                       pero nunca te olvides de tus trenzas

Las cometas pasaron
pero sus sombras quedan colgadas de las puertas
y el rastro que dejaron
fertiliza las huertas

Por los surcos del mar
ni una sola semilla deja de brotar
Chafadas por los vientos y los barcos
las espumas reflorecen todos los años

Pero yo amo más bien
los montes que conducen sobre sus lomos ágiles
las estrellas expulsadas del harem

Pastor marino
que sin riendas ni bridas
guías las olas a su destino
No me dejes sentado en el camino

El viento vuelve siempre
Las cometas también
Gotas de sangre de sus trenzas llueven
Y yo monto en el tren

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