jueves, 24 de octubre de 2013

“Manual de espumas”(6), Gerardo Diego. Hoy, "Aldea" y "Hotel".



ALDEA

Del campanario va a volar el día
pero las nubes mías no han vuelto todavía

Ni han regresado los corderos
de su viaje a la luna sin pacer los luceros

                        Aplicando el oído sobre el césped
                        en vez del tren o el grillo
                        se oye una pieza de organillo

Y el pastor no sabe
que en su cabaña está la noche
y que el molino es el motor del baile

Las vacas del establo
quieren lamer el sol
                                   plato del día
                        que sirven los pintores de fantasía

            Es la hora del cigarro y de la jaula

Sin mirar al reloj pernocta el gallo
y las estrellas tristes contemplan al caballo


HOTEL
A Alfonso Reyes

La frente sin laurel y sin sombrero
y el corazón para el color de moda

A cada nuevo baile
el reloj pierde el paso
y se equivoca de hora

El viento nace de tu manto
y acaricia las frutas
desgajadas del tango

Vendimia de las nubes pisoteadas
y de las músicas amadas

Y el ritmo de los suspiros
hace girar las parejas
y acercarse a nosotros el vestíbulo

Cerrando bien los ojos
pienso en las travesías
y en los hoteles que anclan la quilla envejecida

Son las islas trasatlánticas
donde crecen los mástiles
y dan frutos de invierno
donde los tísicos respiran
el oxígeno tierno

Al izar la bandera
esparce por los aires
plumas de cazadores y aromas de maderas

El otoño marchita corbatas y sombreros
y de la alfombra brota la primavera

Ruleta del azar y de las temporadas
Los yóqueis de la moda sortean sus colores
Y aquel que pierde la jugada
tiene derecho a un vals para mudar de amores

Yo amo el buen tiempo y el hotel
y yo he visto mujeres de rizos calcinados
Las olas las rociaban de espumas de coctel

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