jueves, 14 de noviembre de 2013

“Manual de espumas”(9), Gerardo Diego. Hoy, "Nieve", “Panorama” y "Nubes".



NIEVE

La noche marchó en tren
y el ala de mi verso se abre y se cierra bien

Hoy los corderos amontonan la risa

Es el día sin mar

Nunca estuvo tan cerca
la mujer hermosa
y el árbol escolar

La nieve sube y baja
y las orugas hilan la mortaja


PANORAMA (ya registrado en Poesía Abierta, antes de comenzar esta serie numerada de Gerardo Diego. Este es el orden del poema en "Manual de espumas".


NUBES
A Eugenio D'Ors

Yo                               pastor de bulevares
desataba los bancos
y sentado en la orilla corriente del paseo
dejaba divagar mis corderos escolares

Todo había cesado
Mi cuaderno
                        única fronda del invierno
y el kiosco bien anclado entre la espuma

Yo pensaba en los lechos sin rumbo siempre frescos
para fumar mis versos y contar las estrellas

Yo pensaba en mis nubes
                                               olas tibias del cielo
que buscan domicilio sin abatir el vuelo

Yo pensaba en los pliegues de las mañanas bellas
planchadas al revés que mi pañuelo

Pero para volar
es menester que el sol pendule
y que gire en la mano nuestra esfera armilar

Todo es distinto ya

Mi corazón bailando equivoca a la estrella
y es tal la fiebre y la electricidad
que alumbra incandescente la botella

Ni la torre silvestre
distribuye los vientos girando lentamente
ni mis manos ordeñan las horas recipientes

Hay que esperar el desfile
de las borrascas y las profecías
Hay que esperar que nazca de la luna
el pájaro mesías

Todo tiene que llegar

El oleaje del cine es igual que el del mar
Los días lejanos cruzan por la pantalla
Banderas nunca vistas perfuman el espacio
y le teléfono trae ecos de batalla

Las olas dan la vuelta al mundo
Ya no hay exploradores del polo y del estrecho
y de una enfermedad desconocida
se mueren los turistas
la guía sobre el pecho

Las olas dan la vuelta al mundo

Yo me iría con ellas

Ellas todo lo han visto
No retornan jamás ni vuelven la cabeza
almohadas desahuciadas y sandalias de Cristo

Dejadme recostado eternamente

Yo fumaré mis versos y llevaré mis nubes
por todos los caminos de la tierra y del cielo

Y cuando vuelva el sol en su caballo blanco
mi lecho equilibrado alzará el vuelo

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