martes, 9 de junio de 2015

Poemas de "Catedral de la noche" (3, y fin) (Ángel Guinda, publicado por Olifante), hoy "Los muertos", "El aseado", "Postrimería" y "Orfebrería"



LOS MUERTOS

Llegan lejos las manos de la ausencia
hasta alcanzar el mundo de los muertos:
los muertos que nos viven,
los muertos que nos matan,
los muertos que vendrán a visitarnos,
los muertos que están vivos,
los muertos que nos llaman,
los muertos que se vuelven a morir,
los muertos que en la muerte nos esperan.


EL ASEADO

He de hablar con la mímica al silencio
y traducir el cuervo de la lobreguez.

Cribaré la mirada de terror,
de polución el aire que aún respira.

Dialogaré con todo lo inflamable.

Rasparé de cerumen mis orejas,
el sarro entre los dientes,
la saburra en la lengua,
el zarpazo en las manos,
de patadas los pies.

Voy a desescombrarme de materia el espíritu.

¡Y todo para ser un aseado muerto!


POSTRIMERÍA

He pisado la cola del crepúsculo,
lo he arrastrado de la cabellera.
Pero la noche llega, pero la noche llega.
Pero la noche llega
            y se queda.


ORFEBRERÍA

No puedo tallar el aire.
No puedo tallar el agua.
No puedo tallar la luz.
Haré una perla
        con el silencio.

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