sábado, 7 de abril de 2007

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!

Qué no nací para inventar.
Dentro de unos días aparecerán, en una hermosa y celebrada revista, algunos poemas de 'la cinta de moebius'. Para aquellos que no alcancen el libro es otra oprtunidad para tener impresos algunos de sus poemas.
Como ya es costumbre en mis escasa colaboraciones en revistas, también en ésta (ya os diré su nombre cuándo salga el texto) van a incluir algunas líneas de uno de los correos electrónicos cruzados con el fin de la edición. Por primera vez, eso sí, se me pide permiso antes de hacerlo.
¿Qué líneas? Aquellas en que argumento el rasgo de no utilizar ningún carácter ortográfico.
No pretendáis un ensayo, no me esmeré en demasía, pero alguna luz se aporta sobre la motivación de este hecho, aunque cobarde. En alguna ocasión lo explicaré mejor. ¡Intrepretadlo vosotros!, no seáis perezosos.
Lo sorprendente es que el editor no manifiesta ningún reparo en publicar un texto mío publicado, y hacerlo además respetando este ataque de rebeldía. ¡Bravo!, ¡bravo! y ¡bravo! Me siento agradecido y orgulloso. Me quieren como soy, no pretenden cambiarme.
¿Y por qué no invento?
Abolición de acentos, en el marco de la izquierda, en la parte inferior.
Pero no os preocupéis los que me améis, me encuentro bien. Ya no pretendo inventar nada. Sólo quiero que me quieran. ¡Ay!
Leedlo completo, merece la pena.

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