martes, 9 de noviembre de 2010

El 'Diccionario del diablo' de Ambrose Bierce

R

Razonable, adj. Accesible al contagio de nuestras opiniones. Receptivo a la persuasión, la disuasión, la evasiva.

Razonar, v.t. Pesar probabilidades en la balanza del deseo.

Receta, s. Adivinanza, realizada por el médico, de lo que prolongará mejor la situación con menor daño para el paciente.

Relicario, s. Receptáculo destinado a recibir objetos sagrados, tales como fragmentos de la verdadera cruz, costillas de santos, las orejas de la burra de Balaam, los pulmones del gallo que incitó a Pedro al arrepentimiento, etcétera. Los relicarios son generalmente de metal y tienen una cerradura para impedir que el contenido se derrame y obre milagros en momentos inoportunos. Cierta vez, una pluma del Angel de la Anunciación escapó mientras se pronunciaba un sermón en la basílica de San Pedro y cosquilleó de tal modo en las narices de la congregación, que todos despertaron y estornudaron tres veces, con gran vehemencia. La "Gesta Sanctorum" refiere que un sacristán de la catedral de Canterbury sorprendió la cabeza de San Dionisio en la biblioteca. Reprendida por el severo custodio, respondió que estaba buscando un cuerpo de doctrina. Este chiste de mal gusto enfureció tanto al diocesano, que el ofensor fue públicamente anatematizado, arrojado a una fosa y reemplazado por otra cabeza de San Dionisio, traída de Roma.

Renunciar, v. t. Ceder un honor a cambio de una ventaja. Ceder una ventaja a cambio de otra ventaja mayor.

Reparación, s. Satisfacción que se da por un mal cometido, y que se deduce de la satisfacción experimentada al cometerlo.

Reportero, s. Periodista que a fuerza de suposiciones se abre un camino hasta la verdad, y la dispersa en una tempestad de palabras.

Reposar, v.i. Dejar de fastidiar.

Rima, s. Concordancia de sonidos en la punta de dos versos, generalmente malos y aburridos.

Rimador, s. Poeta considerado con indiferencia o falta de estima.

Riqueza, s. Don del Cielo que significa: "Este es mi hijo bien amado, en quien he puesto toda mi complacencia" (John D. Rockefeller). Recompensa del esfuerzo y la virtud (J.P.Morgan). Los ahorros de muchos en las manos de uno (Eugene Debs). El inspirado lexicógrafo lamenta no poder agregar nada de valor a estas excelentes definiciones.

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