lunes, 8 de noviembre de 2010

Torrente y Boogie el Aceitoso


En lo que hemos repasado hasta el momento de la obra gráfica de Fontanarrosa, nos hemos compadecido del indio Inodoro Pereyra por su miseria, al tiempo que nos hemos reído de su inocencia, simplicidad, picardía y hemos hecho acopio de léxico de etimología quechua; y en sus viñetas sueltas, hemos disfrutado de personajes urbanos en ambientes como el médico, el fútbol, la política, la empresa..., iste est, en nuestra cotidianidad, en los que ha mostrado con sencillez y profundidad nuestras ambiciones, aspiraciones, deseos, esperanzas, frustraciones, abusos...

Con lo visto, no podemos sospechar que el culto, irónico y perspicaz Fontanarrosa pueda presentarnos un personaje de baja calidad moral, criminal, mercenario, individualista, misógino, más: misántropo... Desde esta orilla del Atlántico, que no se conoce a Boogie el Aceitoso (aceitoso porque todo le resbala, nada le importa), identificamos completamente el estereotipo con Torrente, el genial personaje cinematográfico de Santiago Segura.

En fin, habrá quien todavía no entienda a Torrente, pues tómese el homenaje que hacemos aquí al personaje de Fontanarrosa como un homenaje también a la creación de Santiago Segura. Para acercarnos un poco más a ellos, extracto un fragmento de la entrevista a Óscar Steimberg que aparece en www.negrofontanarrosa.com (también ahí se pueda leer la opinión de Maitena sobre Boogie):

- ¿ Qué representó Boogie cuando interrumpió entre los duros de la historieta?
- Presentado con una suerte de sarcasmo desesperanzado, era parte de los personajes amorales que empezaron a existir en la década del 70, tanto en la Argentina como en otras regiones historietísticas. Ya había, a nivel internacional, algunos personajes con estas características de antihéroe en el sentido de una ética, del conflicto entre el bien y el mal , el delito y la ley. No obstante, Boogie fue una novedad en la historieta argentina, ya que apareció en un momento en que el género empezaba a reconocerse a sí mismo como arte. Se trataba de un trabajo sin componentes didácticos y, en la medida en que no tenía mensaje aleccionador y que no comunicaba una moral, empezaba a parecerse más al arte contemporáneo que al sermón o a la página de libro de lectura.

- ¿Tenía características diferentes de la historieta de entonces?
- Boogie es una historieta inhabitual en el sentido en que es, a la vez, una historieta cómica y una de acción. Es difícil, entonces, es decir qué es y qué no es habitual en ella porque uno no sabe de qué lado ponerse para analizarlo : algunos elementos que fueron comunes en la historieta cómica no lo fueron en la seria y viceversa. Pero digamos que ciertos recursos gráficos - las distorsiones de las perspectiva, el carácter vertiginoso de determinado momento escénico- alcanzaron con Fontanarrosa un punto que hasta entonces no tenían . Ese trabajo sobre la tercera dimensión marcó un momento nuevo.
- El personaje denota, además, cierto parentesco con la novela negra.
- Por supuesto, pero con algunas diferencias. Los detectives de la novela negra no carecían de alguna ética. Si bien eran crueles, pesimistas, había algo que podía relacionarse con algún rastro del concepto clásico de piedad. En el caso de Boogie eso , por principio, no existe. Es un verdadero monstruo de insensibilidad
- Alguna vez señaló que Boogie había envejecido, hecho curioso para un personaje de historieta....
- Es cierto, son pocas las historietas en las que el tiempo pasa para los personajes, algunos están congelados y en otros el paso es tan lento que es muy difícil notarlo. En este sentido creo que Fontanarrosa se adelantó a lo que fue una especie de tendencia general unos cuantos años después, cuando el paso del tiempo empezó a tematizarse en las historietas de aventuras como Batman o Súperman. Superhéroes que se habían mantenido estables y con característica atemporales, de pronto empezaron a ser mostrados, si no en su decadencia al menos en momentos de crisis, ya sea por el paso del tiempo y/o por el cambio de los tiempos. No diría, sin embargo, que Boogie ha envejecido sino que ha madurado, sicológicamente, de un modo verosímil, El personaje se convirtió es una especie de gángster maduro , se ha serenado y ya no protagoniza toda las historias : ahora es testigo de la violencia de los otros. Como si a esa condición de amoralidad y de frialdad afectiva del principio, hubiera agregado un cierto distanciamiento con respecto a los acontecimientos. Como si esas situaciones dejaran de divertirlo o él empezara a divertirse con esa cierta mirada lejana. Tendríamos que pensar , así, en una caminata de Boogie hacia el redil de los personajes de Fontanarrosa. Este gángster que tenía características tan propias empezó a parecerse, entonces, a sus compañeros, sobre todo por ese carácter de espectadores reflexivos que todos tienen.

Historietas de Boogie, otro día, pero sabe que las traeré de www.negrofontanarrosa, que allí están.


Olvídate de ironías y gracietas, con este personaje Fontanarrosa no nos quiere hacer reír, con este personaje Fontanarrosa nos desnuda con la crudeza del cinismo. ¿Te atreverás a mirarte en su espejo?

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