Arabescos (4)
(2ª serie)
Dios es un juez para el vil
a quien juicio y oro sobre;
para el malo, tonto y pobre,
Dios es un guardia civil.
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EL que pierde a su padre
llora afligido,
y el que pierde dinero
se pega un tiro.
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Lo que abunda se mira con desprecio;
cuanto es rara una cosa, tanto es cara;
por eso damos tan inmenso precio
a la virtud, por esto..., por lo rara.
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No temes ningún desastre
ni la tempestad te arredra,
tu corazón, que es de piedra,
sirve a tu pecho de lastre.
Con la pasión al luchar,
tú siempre llegas a puerto:
si ves el tiempo cubierto
arrojas el lastre al mar.
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Esta moneda y esa espada, creo
que son lo más notable del museo;
ambas antigüedades
son restos de las bárbaras edades.
Su origen el catálogo ya aclara:
lástima que decir también no pueda
cuál de las dos más crímenes causara,
la espada o la moneda.
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Y me dijo el reloj: -Esta cadena
tu ser une a mi ser, no el mío al tuyo;
cuando el goce más puro te enajena,
en vano quieres detenerme. Huyo.
Sufriendo vivirás, y de rodillas
me has de pedir que vuele apresurado,
y entre estas dos pequeñas manecillas
morirás fatalmente estrangulado.
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