martes, 18 de febrero de 2014

"Mil veces de tu mano me he escapado ..." y "¡Oh sin ventura yo, oh mal nacido!...", sonetos de Hernando de Acuña ( y fin)

Mil veces de tu mano me he escapado        
y al punto de la muerte y fin venido,        
y tantas he tornado y te he seguido,        
Amor, y nunca quedo escarmentado;        

mil veces he propuesto y he jurado
de no seguir tu bando y tu partido,        
viéndome en tu poder triste y perdido,        
y tantas mi palabra y fe he quebrado.        

Ahora, en este trance y mal que siento,        
causado de tus manos crudamente,
bien justo era cumplir el juramento;        

mas, triste, ¿qué haré, que no consiente        
la dura suerte, el áspero tormento,        
que el siervo del señor se halle ausente?


¡Oh sin ventura yo, oh mal nacido!        
¿En qué estrella cruel vine a la tierra        
sujeto a tierno llanto, a dura guerra,        
a siempre amar sin serme agradecido?        

¿Cuál hado inexorable me ha traído
a las manos de un tigre, en que se encierra        
beldad del cielo y crueldad de tierra,        
mi alma en el abismo del olvido?        

¡Ay, enemigo cruel!, ¿y quién creyera        
que estaban en mi muerte conjurados
tan nueva ingratitud y tal crudeza?        

¡Ay vida, y tiempo, y horas mal gastadas!        
¡No quiera Dios que adore yo a una fiera        
que paga tanto amor con tal dureza!

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