lunes, 31 de marzo de 2014

Selección de la "Décima poesía vertical" de Roberto Juarroz (6)

40

Una niebla tan densa
que no sepamos
si nuestro movimiento
va hacia atrás o hacia adelante.

Una niebla tan densa
que no sepamos
si subimos o caemos.

Una niebla tan densa
que no sepamos
ni siquiera si nos movemos o no.

Una niebla tan densa
que borre el camino de donde venimos.
y tal vez la totalidad del camino.

Una niebla tan densa
que borre como un signo marchito
hasta el punto donde estamos parados.

Y quizá sea posible
una niebla tan densa
que borre también todos los otros puntos.

Y hasta la misma ausencia de los puntos.


47

Los cipreses son índices erguidos,
pero no apuntan hacia arriba:
solo levantan cierta materia extrema
para someterla a lo abierto.

Los cipreses no señalan nada.
O tal vez solo a sí mismos
como lugares o estaciones predilectas
para detenerse los pájaros
o a veces una palabra abandonada,
que no es más que otro pájaro.

Pero los cipreses no son únicamente índices erguidos
que no señalan nada,
sino también ofertorios como lanzas,
misas que tampoco celebran ni propician a nadie,
salvo tal vez su propio gesto,
que ni los dioses ni los hombres comprenden.

Índices liberados
del abusivo sometimiento
de señalar nada más que una cosa,
lo mismo que el poema,
lo mismo que tus ojos,
como debieran ser todos los índices,
las señales, los signos:
celebraciones extendidas,
prolongaciones del ser
que señalan a la vez todas las cosas.

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